Madre:
Lamento comenzar así, tan secamente. Yo hubiese preferido poner..."querida madre" ...o, "querida mamá". Lo de "mamá", aunque más cariñoso, tal vez hubiera podido ponerlo, haciendo un esfuerzo, pero lo que de ninguna manera podría escribir es lo de "querida", porque no he tenido tiempo de aprender a quererte, madre. Ten en cuenta que no he podido aprender nada y, de hecho, te estoy escribiendo mentalmente porque no sé ni coger un lápiz. Lo único que he hecho en toda mi vida es llorar. Claro que tan solo he vivido dos minutos y medio...y no creo que viva mucho más, pues ya siento que se me va la vida por el cordón umbilical que tú cortaste, justo antes de arrojarme a este contenedor de basura. Y la verdad es que me hubiera gustado aprender muchas cosas. me hubiera encantado ir al colegio y me habría sentido muy contento si tú me hubieras llevado, de la mano, todas las mañanas...¡Qué feliz me hubieras hecho despidiéndome a la puerta del centro, con un beso y un ..."hasta luego, mi vida; sé bueno"...
¡Qué mal me siento, madre!. Me duele todo el cuerpo, tengo frío y unos bichos pequeños, pulgas u hormigas, me están devorando. Respiro muy mal porque tengo la boca pegada a una bolsa de basura muy sucia y, por si fuera poco, la falta de droga...¿cómo le llamáis vosotros?..."el mono", hace que me sienta fatal y llore continuamente. Esto de la droga lo he heredado de ti y fue esa maldita droga la culpable de todo...Mi padre,... por cierto, ¿sabes quién es?...y tú, me engendrasteis una tarde, cuando estabais "colocados". No hubo entre vosotros el menor sentimiento de amor y creo que por eso nunca viste en mí un hijo, sino un molesto trozo de carne, del que sería mejor desprenderse. Me engendrasteis buscando solo placer, como hacen los animales. Pero los animales, madre, ponen todo su cariño en las crías que nacen. La mamá cocodrilo, por poner un ejemplo, lleva entre sus horribles mandíbulas los huevos en los que van ocultos sus hijos y lo hace con todo el cuidado y la ternura de que es capaz. En cambio tú, madre, que fuiste cobarde y no te atreviste a matarme cuando estaba en tus entrañas, cuando formaba parte de ti, esperaste a tenerme fuera para hacerlo...Pero fuiste cobarde, una vez más, y al no tener valor para matarme con tus manos me tiraste, como se tira un desperdicio, a la basura. ¡Qué pena, madre!...No; no es por mí por quién siento pena. Es por ti, porque sé que te sientes mal y sé que mañana te sentirás aun peor, al ser más consciente de lo que has hecho. Además, para mí es una suerte no tener que compartir mi vida con un monstruo como tú, mientras que para ti es una desgracia perder a un hijo que te hubiera querido con toda su alma...
Ya me siento mejor. Voy perdiendo sensibilidad y mis dolores van remitiendo. Además ya falta poco. He de morir pronto, antes de que venga el camión de los basureros pues ya sabes, madre, que esos camiones llevan un triturador de basuras...
Ya casi no respiro;... me invade una sensación de bienestar;... tengo sueño...
¡Dios mío!...¡Tengo miedo, madre; estoy sintiendo muy cerca el motor de un camión y se está moviendo el contenedor!...¡Están removiendo la basura y han apartado la bolsa que me tapaba la boca!...¡Respiro otra vez!.
Siento que unas manos me toman y me están arropando. Ya siento el calor que vuelve a mi cuerpo y oigo hablar a los hombres..."¡Es un niño!"..."¡Está vivo!"
OMG! Esta entrada me ha dejado sin palabras. Me encanta tu blog!^^. Así que desde ya tienes una seguidora más.
ResponderEliminarPásate por mi blog y sígueme sí te gusta www.pensamientosdeadolescencia.blogspot.com
1 Beso! <3
Muchas gracias, está claro que seguiré tu blog :)
ResponderEliminarMe encantó la cara,es preciosísima y la foto del bebé más todavía...te sigo :D!
ResponderEliminarTe dejo mi blog ,espero que te guste:
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Besitos!!